Dr. Sun Si Miao recoge la sabiduría de la tradición popular que tiene su base en la técnicas chamanicas del norte de China. En China había dos grandes culturas chamanicas la primera localizada en el Sur y la segunda en el Noreste, delimitada al Este por el mar amarillo y al Sur por la provincia de Shandong.
Sun Si Miao, fue un importante médico y alquimista Chino del siglo V, que guardó celosamente el secreto curativo de 6 silabas: Xu, Ke, Hu, Si, Chui y Xi, cuyas frecuencias de onda, crean una resonancia que consigue equilibrar la energía vital o Qi (Chi) de cada órgano interno y por tanto de cada esfera funcional física-emocional-mental.
Sintetizó información de fuentes budistas y taoistas, conocía en profundidad la medicina Ayurvedica y adoptó toda teoría que le pareció interesante. Prestaba mucha atención a la alquimia, a la que dedicó una obra, pues buscaba la inmortalidad. Además, creía en la astrología, en la magia e incluso en conjuros que formulaba en lengua india. Sun Si Miao pensaba que la terapia de la medicina se conformaba en una amalgama de hierbas, magia, amuletos, ejercicios físicos y sonido.
Sun Si Miao rechazó el cargo de médico personal del emperador para dedicarse a la
investigación. De forma empírica realizó una serie de experimentos con sonido primeramente
instrumental y luego fónico que le llevó a unos resultados terapéuticos sorprendentes.
Los Seis Sonidos Curativos (Liu Zi Jue) es una técnica tradicional del Qigong Médico. El ejercicio que debe realizarse sentado en una silla y con la espalda recta.
Los 6 Sonidos Curativos deben pronunciarse correctamente y 6 veces cada uno. Los sonidos ejercen una vibración que afecta directamente a un órgano concreto depurándolo y sanándolo tanto físicamente como emocionalmente.
Si deseamos completar el ejerció de sanación con una visualización, al inspirar imaginaremos una luz que llega a nuestro órgano y lo tonifica al espirar pronunciando el sonido visualizaremos como expulsamos las energías negativas de nuestro órgano ( enfermedades y emociones)
Los 6 sonidos Curativos y sus respectivos órganos son los siguientes:
1. MADERA: Sonido “XU” Tranquiliza el Qi (energía) del hígado, se usa para tratar enfermedades de los ojos, dolor de cabeza, tics y también problemas faciales. Combate la depresión, la ira, la frustración, el resentimiento, la amargura y el desprecio.
2. FUEGO: Sonido “KE” o "HE" Refuerza el Qi del corazón y se utiliza para tratar la inquietud, las palpitaciones, el insomnio, las perturbaciones del sueño, la locuacidad. Se recomienda para disminuir la excitación, el deseo y la alegría excesiva, los celos y la avaricia.
3. TIERRA: Sonido “HU” Refuerza el Qi del bazo y trata los problemas digestivos. Reduce la reflexión excesiva y la obsesión.
4. METAL: Sonido ·”Si” Tonifica el Qi de los pulmones siendo indicado para combatir las enfermedades pulmonares como la tos y el asma. Indicado para mitigar los episodios de tristeza y de preocupación excesiva.
5. AGUA: Sonido “CHUI” Refuerza el Qi de los riñones y está indicado para los problemas de insuficiencia renal, eyaculación precoz y espermatorrea. Combate el miedo, los sustos, shock y ansiedades.
6. FUEGO: Sonido “ XI” Regula el Qi del Triple Calentador/SANJIAO. Se utiliza para tratar el tinitus, la sordera, hinchazón de axila, dolor de muelas y la inflamación de garganta.
Del mismo modo que no podemos vivir sin aire, no puede existir vida humana sin sonido. El hallazgo de los sabios del Asia antigua fue preguntarse cómo el sonido podía ser utilizado para la mejora y evolución del ser humano. La respuesta es que sí, los sonidos curan.
La vida humana se desarrolla en un entorno sonoro: el sonido es connatural a la existencia. La ausencia total de sonido es materialmente imposible. Así, desde el origen de los tiempos, el hombre ha vivido en un entorno repleto de sonidos procedentes de las diversas manifestaciones de la naturaleza: el ulular del viento, el caer de la lluvia, el canto de los pájaros, el crepitar del fuego, el rumor de las olas. Un mundo lleno de armonía que ha conseguido influir física, emocional y mentalmente al ser humano consiguiendo crear estados de relajación, de estimulación o de armonización de la energía vital.
El sonido es la vibración del aire, y así, como la vida humana se da en un medio aeróbico (es decir, en el cual el aire es necesario para vivir), la existencia de sonido es inevitable.
Pero también existe sonido en la vida prenatal. En el nivel más intimo, el sonido nos ha rodeado y alimentado desde el momento en que fuimos concebidos. En el instante en que el ovulo se fija en el útero de la madre se pone en contacto con un entorno sonoro: las pulsaciones del latido cardiaco, los ruidos intestinales, la respiración de la madre. A medida que el feto se desarrolla se da cuenta de la importancia del latido cardiaco que percibe como esencial para su vida dado que la disminución le supone una falta de oxigeno, de nutrición o de temperatura. Cualquier alteración en el mismo conlleva estados de estrés. El feto no oye el sonido a través del sistema auditivo sino a través de la percepción vibracional o energética.
El sonido es una forma de energía de manera activa en el desarrollo y evolución de la persona.
Así pues, con el sentido pragmático que caracteriza a las culturas asiáticas, los filósofos y sabios chinos e indios pensaron que si el sonido era un elemento constante, omnipresente e inevitable en la existencia humana, podía ser utilizado como medio hábil para su mejora física, mental y espiritual, del mismo modo que el silencio meditativo lo era para los mismos fines.
Sun Si Miao, alquimista, médico y farmacéutico que supo reunir los conocimientos antiguos existentes en China e India sobre el uso de cánticos, sonidos y respiraciones con finalidades terapéuticas.
El Dr. Sun Si Miao no solo se distinguió como alquimista y médico sino también como farmacéutico ya que realizó una ingente aportación en el área de la fitoterapia. De hecho es el autor de una obra de 30 volúmenes titulada “Prescripciones esenciales que valen una fortuna en oro”; se trata de un extenso vademécum oriental que en aquel entonces actualizaba la farmacopea recogida en Huang Di Nei Jing, obra cumbre de la Medicina Tradicional China escrita, probablemente 100 años a.C.; su segunda obra detalla la prescripción de más de 3.000 formulas sobre acupuntura. En el “Canto para eliminar las enfermedades en las 4 estaciones”.
El consideraba las estaciones del año acordes a las respiraciones, según el elemento que dominara cada estación:
Espirar con la boca cerrada puede mejorar la vista y calmar el hígado en primavera. Espirar con la boca completamente abierta en primavera, puede eliminar el fuego del corazón.
Espirar con la boca abierta pero los dientes apretados en otoño, puede astringir el pulmón y aliviar la tos y el asma.
Espirar puede reforzar el riñón. Producir el sonido SHI puede eliminar la agitación y la fiebre. La espiración rápida puede reforzar el bazo y promover la digestión.
Sun Si Miao aconsejaba cepillarse el pelo con frecuencia, realizar ejercicios respiratorios, golpear los dientes entre sí suavemente, tragarse la saliva y masajear el rostro con las manos. También decía que las personas debían pasear con frecuencia y acariciarse el abdomen después de cada comida.
Según el, conservar la salud no es dificil. Vivir de acuerdo con el Tao significa no preocuparse demasiado si el alimento es bueno o malo, si se gana o se pierde, si se alcanza honor o humillación, si se es amo o sirviente. Hay que mantenerse calmado y no agotarse, mantenerse en forma y no trabajar demasiado.
Si se combina continuamente la producción de Qi con su circulación, se tendrá longevidad.
A una persona común le resulta difícil evitar el pensamiento, pero puede reducirlo gradualmente. Lo que en occidente nos planteamos como trabajar el "ego".
Sun Si Miao guarda analogía con Hipócrates por haber desarrollado un código deontológico médico, parecido al que conocemos aquí como “Juramento hipocrático” y que recoge su obra “Sobre la absoluta sinceridad de los grandes médicos”. El Dr. Sun Si Miao tenía una formación extensísima pues sintetizó información de todas las fuentes tanto local como la chamanica como las extranjeras, Budista y Taoista, además estudió a fondo la medicina Ayurvedica. Sun Si Miao tenía una mente privilegiada, era un erudito.
Prestó mucha atención a la alquimia a la que también dedicó una obra, pues buscaba la inmortalidad. Como buen estudioso se formó en la astrología, en la magia, en los espíritus e incluso en conjuros que formulaba en lengua india. Para el Dr. Sun Si Miao la medicina se apoyaba en un conjunto de fitoterapia, magia, amuletos, sonidos y ejercicios físicos.
El Dr. Sun Si Miao no quiso el cargo de médico personal del emperador para dedicarse a la investigación. De forma empírica realizó una serie de experimentos con sonido primeramente instrumental y luego fónico que le llevó a unos excelentes resultados.
martes, 29 de diciembre de 2009
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